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ELIGE VESTIDOS DE NOVIA DE DISEÑADOR
Persuadirte para que elijas los beneficios de la opción vestidos de novia de diseñador frente a otra alternativa no es necesariamente encumbrar una y descalificar la contraria. Poner el foco en aspectos que quizá puedan pasar desapercibidos y que te permitan apostar con criterio es un interesante ejercicio de responsabilidad como consumidora.
FASHION BRIDAL WEEK FRENTE A TALLER EXPERIMENTAL: VESTIDOS DE NOVIA DE DISEÑADOR
Para nada minusvaloro la prenda seriada, de hecho el prêt-à-porter o también conocido como “moda rápida” es una industria que he conocido bien desde dentro y que también ha contribuido a curtirme como la profesional que soy de alguna manera.
Es competitiva en la mayoría de ocasiones de uso del mercado de la moda salvo en esta: el vestido de una novia, donde quien ha de brillar no es el traje sino la mujer que lo viste, donde la perfección del detalle sí importa y donde la atención del diseñador hace la diferencia.
No trataré de poner el acento en desprestigiar el vestido de marca global que se encuentra y produce en cualquier país del mundo hoy día con el desarrollo de los avances tecnológicos.
Pretendo resaltar las excelencias del vestido de novia de diseñador y la singular aportación personal del creativo en la gestión del servicio del traje personalizado y a medida, especialidad a la que me dedico como diseñadora de moda especialista en Alta Costura y personalización.
Personalizado, tiene que ver con que el estilo y diseño del vestido de novia sume a tu modo de ser y caracter.
A medida, se refiere a tu complexión física y con cómo “el que sabe” (y solo “ el que sabe”), maneja el corte del diseño en favor de potenciar rasgos de tu figura.
HACER BIEN UN TRABAJO POR EL SIMPLE HECHO DE HACERLO BIEN. SIN MÁS.
Y comienzo por decirte que me dedico a esto por amor. Sí, amor y suena cursi pero es tan real (y a veces duro), como la vida misma.
-“Vaya tontería de razón”, me dijeron, poco más o menos.
He logrado hacer de mi vocación medio de vida queriéndolo con todas mis fuerzas contra viento, marea y dificultades de todo tipo.
Nunca he ambicionado tener una vida acomoda, gozar de tiempo libre, hacer fortuna, dirigir un negocio que marche solo, hacerme famosa para hinchar mi ego y un sinfín de razones que sostienen muchos emprendedores. Tan solo he querido andar este camino y estar donde estoy ahora: escribiendo para ti. Hacer un buen trabajo sencillamente.
Tú, tu vestido de novia especial, aquel que te hace brillar, diseñarlo, construirlo con mis manos de principio a fin, probarlo cuanto necesite, constituye mi proyecto de vida ilusionante. Lejos de una mera factura como podrás imaginar.
Y me sale bien, y resulta bien, y satisfactorio para las 2 por “esa razón” :
¿Cómo no va a lucir genial una labor donde se entrega la voluntad total?
La misma que me ha inspirado media vida ya, a afianzarme y perseverar hasta lograr ser la eficacia que esperas y que quiero ofrecer.
Así lo expresa Richard Sennet en “El Artesano” donde el acreditado sociólogo estadounidense sintetiza:
“(…) El técnico es artesano porque se dedica a hacer bien un trabajo por el simple hecho de hacerlo bien. Su actividad es práctica, pero su trabajo no es simplemente un medio para un fin que lo transciende.
Y no cabe duda de que es posible arreglárselas en la vida sin entrega.
El artesano representa la condición específicamente humana del compromiso. (…)”